Santifica tu voluntad (Dr. Osvaldo Marino Casseignau)
En Consejería y principalmente cuando he tenido que tratar con creyentes que estaban pasando por alguna adicción (así es creyentes también pueden quedar adictos al juego, la comida, la pornografía, adulterio, etc.) siempre les decía que debían santificar la voluntad y se los explicaba someramente, pero el otro día un consultante me dijo “No entiendo lo que me dice, ¿cómo hago para santificar mi voluntad? Allí entendí que lo que puede ser muy claro y lógico para algunos podría ser no tan claro para otros, máxime cuando hablamos de las cosas de Dios.
Leemos en Rom. 12:1 “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”.
Cuando miramos la vida de Jesús podemos ver que Él fue tentado en todo (Heb. 4:15) pero su voluntad era hacer la voluntad del Padre (Jn.6:38) y no la de Él. Como creyentes sabemos cual es la voluntad del Padre para todos nosotros. Si estuviste en la Iglesia por solo dos reuniones, ya sabes cual es Su voluntad: que te apartes del pecado y que permita la guianza del Espíritu Santo en tu vida 24/365.
Vamos a los servicios/cultos en nuestras congregaciones por agradecimiento a Dios por habernos provisto salvación a través del sacrificio de Cristo. El murió para que nosotros no tuviéramos que morir eternamente. El pecado original y el pecado de cada uno de nosotros lo llevó a sufrir el terrible martirio de la cruz y en ese acto en el momento que dijo “…Consumado es…” (Jn19:30) Dios aceptó Su ofrenda en Su sangre por ti y por mí. Es por eso que cuando lo aceptamos como Señor de nuestras vidas, pasamos de muerte a vida y somos hechos nuevas criaturas (2Cor.5:17) quedando la vida pasada debajo de las aguas del bautismo, dado que nos identificamos con su muerte y resurrección (Ro. 6:3 “ ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva”.
Para poder dejar atrás todo tipo de adicción debemos santificar nuestra voluntad. La carne es poderosa y los demonios saben como manejarla. Debes entender que la mejor forma de alabar a Dios (tu culto racional) va a ser presentar tu cuerpo a tu Señor cada día, para así dejar que los demonios continúen manejando tu carne y deseos al antojo de ellos. (Ro.6:16) “¿No sabéis que cuando os presentáis a alguno como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, ya sea del pecado para muerte (aquí pon todo tipo de malos hábitos en tu personalidad, incluyendo mal humor, gritos, malas formas, odios, etc.), o de la obediencia para rectitud (permitir que el Espíritu Santo te conduzca y tú te monitoreas para ver si le estas permitiendo al Es. Santo que te maneje o es la carne quien te maneja)
Abre tus ojos espirituales y entiende el gran poder que tienen los demonios sobre tu vida, santifica tu voluntad y no les des satisfacción. Efesios 6:16 “…Sobre todo, tomen el escudo de la fe para apagar los dardos de fuego que arroja el maligno”. NTV.
