Miremos la Quimica de las Emociones
Seguramente has escuchado referencias al cortisol como la “hormona del estrés”. Se produce en las glándulas suprarrenales en la parte superior de cada riñón y actúa como un neurotransmisor en nuestro cerebro, especialmente cuando enfrentamos situaciones difíciles o de alto grado de tensión.
Cuando los niveles de cortisol están balanceados nuestros órganos y sistemas funcionan en armonía. Sin embargo, cuando esta hormona se mantiene elevada puede derivar en una alteración endocrina conocida como “hipercortisolismo”, que produce efectos muy negativos en las funciones de las células de todo el cuerpo produciendo emociones negativas y enfermedades.
¿En qué funciones del organismo interviene el cortisol?
- En el metabolismo de los carbohidratos, las grasas y las proteínas. O sea, que dependiendo de los niveles de cortisol es como tu cuerpo maneja el uso de todo lo que comes.
- Regula los niveles de inflamación en tu cuerpo.
- Controla tu presión sanguínea.
- Equilibra los niveles de azúcar en la sangre (glucosa).
- Controla tu ciclo de sueño y vigilia.
- Eleva la energía para que puedas manejar el estrés.
- Ayuda a equilibrar la sal y el agua del cuerpo.
- Contribuye con la memoria y la concentración.
Un exceso de cortisol puede alterar todas las funciones anteriores. Cuando el estrés se convierte en crónico, los niveles de cortisol se mantienen siempre altos, lo que equivale a decir que nuestro cuerpo está en un estado de lucha o pelea interna y todos los sistemas, indispensables para la supervivencia, no funcionan como deberían.
¿Qué órganos y sistemas se afectan?
1. Sistema inmunológico o sistema de defensas
A mayor nivel de cortisol las defensas bajan, lo que puede derivar en enfermedades respiratorias, alergias, enfermedades autoinmunes como el Lupus, entre otras.
2. Sistema gastrointestinal
La digestión y la absorción de los alimentos se afectan cuando hay demasiado cortisol en sangre. Se produce indigestión, irritación e inflamación de la mucosa intestinal lo que podría ocasionar úlceras, síndrome de colon irritable y colitis.
3. Sistema cardiovascular
El exceso de cortisol aumenta la presión arterial. ¿Las consecuencias? Enfermedades crónicas del corazón, infartos y problemas cardio y cerebro vascular.
4. Cerebro
Cuando los niveles de cortisol suben se hace difícil conciliar el sueño y más aún lograr un sueño profundo. Se produce un ciclo vicioso que deriva en un declive mental, en falta de memoria y de concentración.
5. Sistema metabólico
El estrés es una de las causas del sobrepeso. Los altos niveles de cortisol en sangre y dentro de las células, ocasionan retención de grasa, sobre todo en el área del abdomen, y retención de líquido. Mayores antojos por alimentos altos en azúcar, grasas y carbohidratos. El desequilibrio de azúcar en la sangre crea un mecanismo que podría aumentar el riesgo de diabetes tipo 2.
6. Sistema reproductor
El cortisol elevado podría ocasionar disfunción eréctil, así como la interrupción del ciclo ovulatorio y los ciclos menstruales. Las hormonas sexuales se producen en las mismas glándulas que el cortisol, por lo que el exceso de este puede dificultar la producción de esas hormonas sexuales y provocar infertilidad.
7. El órgano más grande del cuerpo: la piel
Todo lo que sucede dentro de nuestro cuerpo, se refleja afuera, así que la piel se afecta y se produce un envejecimiento prematuro de las células. Piel opaca o grasa, resequedad, descamación, problemas dermatológicos como herpes, psoriasis o acné, incluso en la edad madura.
8. A todos los niveles de órganos y sistemas
El cortisol alto, provocado por el estrés continúo, también pudiera ocasionar el síndrome de fatiga crónica, trastornos de la tiroides, demencia, depresión y muchas otras afecciones.
¿Como contrarrestar estos efectos?
Cuando no aprendemos a aceptar la situación difícil que nos taca vivir, este sistema se activa y nuestra vida se transforma en enfermedad tras enfermedad.
Nos cuesta aceptar nuestras limitaciones psíquicas, físicas y morales y las de los demás. Nos cuesta aceptar que nuestra familia no es perfecta, nos cuesta aceptar que la sociedad es egoísta, violenta, injusta, corrupta. Nos cuesta aceptar el frío del invierno y el calor del verano. Nos cuesta aceptar al jefe y los compañeros de trabajo o a los de escuela.
Que bueno que el “otro” fuera diferente y mas parecido a mi!!! En última instancia nos cuesta aceptar enfermedades, accidentes, la jubilación, el paso a la tercera edad y finalmente, la muerte.
En Gálatas 6:1 (PDT) “Hermanos, es posible que alguno de ustedes caiga en la trampa del pecado. Ustedes, que son guiados por el Espíritu, acérquense a él y ayúdenle a corregir su error. Pero ¡ojo!, háganlo con humildad, pues ustedes también pueden caer en tentación”.
La palabra clave del texto es “humildad” o también traducido como mansedumbre. El aceptar mansamente tu situación, sea la que sea, le pone freno a los efectos teribles del cortisol. Rebélate y recibe la enfermedad!!! Tu rabia sobre tu situación no te favorece, todo lo contrario te enferma!!!
La personalidad que promueve salud física y emocional es “el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. (1 Pedro 3:3, 4) pues no hay duda de que la tranquilidad, la paz y el descanso para el alma nos llega cuando aprendemos a ser mansos y humildes (Mt 11:29)